"(...) Y esa experiencia de la
acción de la Madre de Cristo y Madre de la Iglesia en la historia de la
Salvación, en nuestra historia, es la que nos ha permitido contemplarla en su
advocación del Monte Carmelo como verdadera abogada de gracia y salvación.
Nosotros vamos a celebrar, en
este domingo que sigue a la fiesta de Nuestra Señora del Carmen de Santa María
del Monte Carmelo, esta procesión de alabanzas, al concluir la celebración
eucarística de la liturgia de este domingo XVI del tiempo ordinario del año;
pero es que Ella está espiritualmente en medio de la iglesia siempre y, por eso,
como abogada de gracia y de salvación es la que gobierna nuestras vidas, porque
como Madre de todos y de cada uno tiene realmente la condición de Reina de
nuestros corazones, por eso, con alegría os disponéis queridos cofrades, os
disponéis hoy de una manera especial, lo
venís haciendo a lo largo de estos meses últimos, ya es un largo periodo de
tiempo a celebrar el año que viene y así lo anuncio solemnemente la coronación
de la Santísima Imagen de la Virgen María del Carmen de Huertas, para el treinta
de mayo. Un año, mis queridos cofrades, mis queridos feligreses de esta amada
parroquia de San Sebastián, que es jubilar, en el que la gracia de la
indulgencia es una manifestación más sacramental de la misericordia de Dios, que a través del
poder de las llaves que entregó Cristo a Pedro y a los apóstoles ejercitaremos
generosamente para conmemorar el quinto centenario de esa mujer excepcional que
es Teresa de Jesús, reformadora del Carmelo, mística singular, maestra de
letras, que realmente ocupa en la historia de nuestra patria, de nuestras
letras un lugar absolutamente singular; lo mismo que ocupa un lugar singular en
la cima de las experiencias místicas. Creo que es un año absolutamente
providencial para que llevemos a cabo esta Coronación de la Santa María del
Carmen de Huertas, que realmente ella amó como miembro y reformadora de la
orden de Santa María del Monte Carmelo de una manera singular. Sobre todo
porque Teresa de Jesús entendió y lo entendió siempre así, que la clave de
nuestro encuentro con Dios está en Cristo a través de su humanidad. Teresa de
Jesús es, en este sentido, predicadora, heraldo, de la humanidad de Cristo, de
cómo en la humanidad del Señor y en los misterios de su carne y sangre se
revela su misma divinidad y contempló así al verbo Encarnado siempre en la
figura de Cristo a su lado y se entendió así misma como esposa virginal del
esposo de la Iglesia, del esposo de las almas de todos y cada uno de los
bautizados de lo que alcanza en las vírgenes consagradas en virtud de su consagración
en la Iglesia una expresión absolutamente singular. Por eso, la vida consagrada
femenina tiene un importante futuro en la iglesia a pesar de la crisis que está
padeciendo, están surgiendo nuevas comunidades de vida consagrada femeninas,
nuevos estilos del carisma religioso, quiera el Señor que con su Gracia podamos
renovar las comunidades históricas pero la consagración de vida de la mujer en
la Iglesia no nos faltará nunca porque enriquece y embellece a la esposa de
Cristo que es la Iglesia llevando al límite en la vida personal de las mujeres
consagradas, aquello mismo que identifica a la Iglesia como esposo de Cristo,
la total entrega a su Esposo y Señor.
En este año, pues, jubilar
realizaremos la coronación de la Santísima Virgen, la coronación de su imagen,
porque Ella reina coronada en los cielos junto al Hijo. En las cuentas del
Rosario en ese quinto misterio de los misterios gloriosos, una y otra vez
reiteramos, la Coronación de la Santísima Virgen junto al Hijo Reina en los
cielos. Reina y Señora del universo, Reina en nuestro corazón siempre pues como
hijos la amamos la veneramos y la queremos ensalzar de esta forma en que a
través de la figura de las imágenes que veneramos, sabiendo que evocan la
realidad, que es la que pretendemos alcanzar, la realidad del cielo, pues
siempre que evocando ese misterio celestial, reciben ese culto justo y
equilibrado que no debe nunca perder la figura, que debe mantenerse siempre a
la luz del dogma cristiano(...) porque todo lo que María es lo es en virtud de
ser la Madre de Cristo Nuestro Señor (...)
Lo que falta para el próximo 30
de mayo próximo, con la gracia de Dios lo viváis queridos cofrades, queridos
feligreses de una manera muy especial renovando vuestra devoción mariana,
siguiendo el índice de María "id y hacer lo que Él diga" para que en
verdad nos convirtamos cumplidores de los mandamientos y gobernados por la
sabiduría divina ejercitemos en nosotros la misericordia y el perdón y
lleguemos así a ser imitadores de Dios. Que así sea."